miércoles, 20 de agosto de 2008

Yo me entiendo.


Se sentó, pues el corazón agotó el pensamiento de la rutina en aquel sillón, el sentarse todos los días para ver que se termina una vez más la fantasía del seguir adelante, fue dejando huella en la melancolía de aquel ser que sin preguntas lo mandaron a un lugar extraño llamado mundo.
El porqué la sin razón de ese amanecer que no tiene proceder, tiene un aspecto que es oculto por la rareza que se vive y que no se admite en la sociedad, porque la verdad es brutal aun teniendo buenas consecuencias, porque la realidad sólo carcome cada molécula que pasa desapercibida por extraños que pasan sin dejar rastro de existencia, y al final la vida desprecia cualquier intento de moralidad, pues tan sólo está para martirizar a cualquiera que se ponga en su camino.
Al fin y al cabo se muestra de manera odiosa ante tentaciones insólitas de cualquiera, que sólo acude ante la necesidad de cariño y afecto, pero que con una
sola palabra se derriba sin cuestionar, desprecio.

Vendo a una amiga íntima



Me pidió un favor, que la ayude a vender. Le decían vergüenza, y caminaba sola en una tranquilidad infinita. Tiene un gusto excelente por las personas de mal corazón, y distraída por aquellos que valen la pena, decidida por hacerte sonreír, y no dejarte de querer. Tiene un alma raída por el tiempo, viene con retazos de corazón gastado, pero que aun con dificultad palpita. Viene con inteligencia destitulada de proceder, y una mente que esta apunto de fallecer. No hace falta ningún capricho de ella, está a su servicio. Es vuestra última oferta, precio razonable, les aseguro no se arrepentirán.